martes, 26 de agosto de 2014

Fragmento XXIII- LA PARÁLISIS DEL SUEÑO.

A la parálisis del sueño, sólo le da vida el despertar del cerebro y la posición erguida en cama, como de muerto.
Un Malévolo ente se sienta tu pecho. Te ahoga si prisa mientras tus brazos inertes luchan sin algún efecto.
Son ojos los inquietos, los que con terror observan cómo se queda estéril el resto del cuerpo.
Se necesita viento para el cerebro y un profundo respiro para devolverle el aliento al agonizante cuerpo. 
Despierta el cuerpo, respira el cerebro y se gira transversalmente el cuerpo para continuar durmiendo.


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