Hoy La Desolación escarba bruscamente en el
interior de mi corazón.
Le remueve sangre vieja y cúmulos espinados de un
pasado
inmortal a esta hora muerta.
¡Pobre corazón!... mofa el Llanto quién a más remoción
logra abastecerse.
Pasajero el Dolor que se fía a intrigas para la cabeza,
que hace de
un camino la ilusión de un laberinto,
¿logrará el futuro tan inadvertido
encontrar semejante
corazón tan malherido?
– ¡Necesita ser reemplazado!.
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