He podido soportar las peores noticias, lamentar inmensas pérdidas, ver
como hombres admirables parten al olvido del sueño humano. He sentido a mi
corazón padecer y a mi cuerpo sollozar por amantes utópicos ausentes de mi
trascendental vida.
Me han abusado y he perdonado, convivo entre lo mío y lo poco que custodia
mi recuerdo en el presente. Han sido mañanas melancólicas. Pero tras el
suburbio más oscuro en una tarde gris. ¡Tengo el más bello Dios a quien amar!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario